Especial para Política en River - Esa frase genial de Víctor Hugo Morales en pleno relato en Radio Continental encierra todas y cada una de las vivencias de River en su paseo por la Luna de Avellaneda. El 1-0 a Independiente quedó tatuado en el ánimo de cada riverplatense. En este juego hollywoodístico, en esa ceremonia glamorosa transformada en la fiesta más deslumbrante del cine, un hombre se robó las miradas.
No era George Clooney ni Johnny Depp. Mucho menos Brad Pitt. Se trató de un espartano con su lanza hecha fuego. Un mortal con vincha, barba y ropa de futbolista. Oriundo de Tres Sargentos. Mariano Pavone deleitó con su colosal calidad en la alfombra roja, cual entrega de los Oscar: Su hambre voraz y persistente se vio saciado en la agonía del partido. Casi que se podría aplicar la trillada pero en este caso efectiva frase. No te des por vencido ni aún vencido.
La pelota era propiedad de Hilario Navarro y Pavone se la ganó con paciencia de hormiga, y provocó el único grito de la noche. Un River muy digno, con una defensa firme mas con algunos altibajos, con un Chichizola que cada día aprende más rápido la lección. El ojo de este cronista, en los movimientos precompetitivos, se detuvo en la sonrisa luminosa de Manuel Lanzini, el actor revelación. El pibe jugaba un cabeza con Ferrero y se notaba que disfrutaba. Que disfrutaba mucho. Y en esa imagen comprendí todo lo demás. Lanzini fue el mejor de River. Aparecía por izquierda, por el centro, sorprendía con su gambeta, se asoció con Lamela en muchos tramos como si ambos tuvieran treinta y pico. River contó con un Juan Manuel Díaz agudo, profundo. En su mejor versión, abandonando su perfil subterráneo. Asumiendo protagonismo en ofensiva.
El muro del doble cinco es un roble inconmovible. Acevedo y Almeyda se mueven a piacere. Y con ese libreto los hombres de JJ salieron al Libertadores de América sabiendo que hay que sumar, siempre sumar. Esa premisa respetada a rajatabla les otorgó licencias fuera de lo establecido. River fue osado, hasta se supo hereje a sus preceptos futbolísticos en varios momentos. Y eso es saludable. Cuando sabés que podés dar más lo hacés sin culpa.
En fin, arco invicto, 7 puntos de 9 posibles. Un alegrón gigante en la casa del Rojo de Avellaneda. Y a revolear el smoking hollywoodense, el protocolo y los modales. El reloj marca la hora del desahogo y la felicidad para el riverplatense. Y no está nada mal.
Periodista de Radio Continental.
Cubre River hace 9 años
Twitter: @sebasrur