miércoles, 16 de abril de 2014

Ramón o D'Onofrio, la popularidad en juego

Ríos de tinta corrieron luego de las declaraciones de Ramón y de D'Onofrio. Ambas estuvieron fuera de lugar. Tanto Ramón destacando la "actuación" de Los Borrachos del Tablón como las de D'Onofrio apuntando a Gareca como un Director Técnico casi ideal para "el proyecto" que votaron los socios.

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Ramón Díaz
Las declaraciones de Ramón no resisten mucho análisis. Fueron incorrectas. En un contexto general y futbolístico marcado por la delincuencia, no hay margen para ese tipo de errores al declarar. Lo preocupante es el trasfondo en las declaraciones de D'Onforio.

Dicen los analistas, que las medidas más duras se tienen que tomar en los primeros 100 días de gobierno. La popularidad está a prueba de balas, aún más después de un gobierno tan cuestionado. Para muestra basta un botón: Aguilar llegó al gobierno de River Plate y despidió a un Ramón Díaz que no sólo era el más ganador de la historia sino que había salido campeón. Los detractores de esta medida se contaron con los dedos de las manos, sobre todo luego que Pellegrini saliera campeón. La situación futbolística de River Plate era otra, y todos saben que en el fútbol el humor hacia los dirigentes cambia dependiendo si la pelota pega en el palo y entra o se va afuera. La condena social a esa medida llegó con los resultados posteriores.

Ayer Rodolfo D'Onofrio declaró en La Cornisa que "la continuidad de Ramón depende de si está de acuerdo con nuestro proyecto, un proyecto que votaron 10.000 socios". Esto es temerario.

No sólo es temerario porque D'Onofrio no conduce un club de barrio de 18.516 socios -que son los que fueron a votar-, sino porque en sus primeras medidas contradijo su propio proyecto. Si, porque pocos hubiesen sido los socios que voten un abono semestral para ejercer el derecho de asistir a los partidos, tal como establece el Estatuto vigente. También habló de refuerzos de jerarquía y, teniendo la posibilidad de incorporar tres jugadores, incorporó sólo a uno. La situación económica es la explicación para todo.

Es relativamente fácil mejorar la imagen de un club completamente abandonado. Simplemente haciendo lo que se debe ya se está haciendo mucho más que antes. La percepción positiva mejora sola. Un buen ejemplo de esto es marketing o la incorporación de las glorias del club. Acciones simples, pero necesarias. Ahora bien, lograr cambios de fondo y generar nuevos ingresos es la clave.

Durante el passarellismo el eje institucional del cambio pasó por tres puntos: crisis, auditoría y fideicomiso. La crisis continuó, la auditoría no tuvo efectos y el fideicomiso quedó en la nada. Además, Passarella se caracterizó por su independencia absoluta por la cual tuvo un fuerte enfrentamiento con Grondona. Luego del descenso, su popularidad ya no podía volver del fondo del mar.

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D'Onofrio y Angelici
D'Onofrio también habló de crisis, inició una auditoría y lanzó un fideicomiso. Pero hay algunas diferencias. Passarella se "sorprendió" por la crisis mientras que D'Onofrio fue elegido para terminar con ella. D'Onofrio promete ser inflexible con la auditoría aunque siempre apunta que las acciones legales dependerán de los abogados. Los socios lo votaron para que encuentre la forma de enjuiciar a sus predecesores y no aceptarían otra ola de impunidad. El fideicomiso que lanzaron se da en un contexto muy diferente. Passarella vivió la época dorada del financiamiento bancario, algo que se acabó luego de la devaluación. Las tasas se dispararon por las nubes. En River empezaron las reuniones para buscar personalidades que "inviertan" en el club. Se necesitará mucha ayuda del establishment, ayuda que todos apuntan debe llegar de la mano de Brito. Por último, D'Onofrio ha dado sobradas muestras de sumisión a Grondona -actitud obvia frente a la deuda del Club con la AFA- pero nadie votó una sumisión al PRO. Si bien el club no deja de darle señales al kirchnerismo, las iniciativas de mayor visibilidad continuamente están relacionadas al PRO. Solo basta recordar que Angelici forma parte de la lista de candidatos a conducir el Colegio de Abogados de Capital Federal para entender que es sólo un alfil de Macri. D'Onofrio, por momentos y más allá de las iniciativas prometedoras que lleva adelante con Angelici, parece formar parte de esa estrategia de posicionamiento del ex presidente de Boca.

La imagen positiva del accionar en el club sigue siendo buena pero tiene la misma debilidad que tuvo De La Rua. La expectativa que genera un cambio de aire es altísima, completar esa expectativa es el mayor desafío de un político. Por excelente que sea el "plan" o "proyecto", no puede tomar medidas antipopulares. No hay margen. Porque la opinión pública riverplatense no es socia de River pero es ella quien influencia en los socios. Y no podemos dejar de mencionar que el Talón de Aquiles es la corrupción. Si el presidente no es inflexible, estallará todo.

D'Onofrio se acerca a un punto de inflexión de su gestión. Planteó su mandato con un esquema empresarial, una ecuación en donde hay que entregar resultados. Pronto saldrá de la "Luna de Miel" y tendrá que empezar a mostrar los primeros frutos de su gestión. Terminará el primer campeonato y tendrá que tomar una decisión sobre la continuidad de Ramón. Comenzará el Fideicomiso y nadie quiere que termine como la historia del CEDIN o quede trunco como el de Passarella. Se darán los resultados de la auditoría y los socios esperan ver en las escalinatas de los tribunales a los ex dirigentes. La vara está muy alta.

Así es la popularidad, tarda años en construirse, segundos en evaporarse.

1 comentario :

River Plate´s Postman dijo...

Lo comparto casi todo Creo q merece mayor difusión!!!