Francescoli repitió el error con Barovero y Vangioni |
Cuando Gallardo tomó al equipo campeón de Ramón, lo transformó en un show de buen fútbol. "El Barcelona de Latinoamérica", se escuchaba. Fue ese equipo el que se floreó ganando la Copa Sudamericana de punta a punta, con eliminación a Boca incluída, mientras le regalaba el campeonato a Racing luego de un inicio espectacular.
Luego de algunas ventas, dio pena en la fase de grupos de la Libertadores hasta que, nuevamente eliminó a Boca, y ahí cada uno en su interior sabía que ese trofeo no se escapaba. El envión anímico era arrollador.
Con la Libertadores y la Suruga en manos, lejos de armarse fuerte de cara a la Sudamericana y el Mundial de Clubes, la dirigencia optó por vender sus joyas e inmediatamente empezó la caída. Estrellarse contra los errores propios ante Huracán en semifinales (igual que en Ecuador, vale el paralelismo), penar en el campeonato local para llegar a otro mercado de pases como nos tiene acostumbrados esta dirigencia. Jugadores campeones que se van sin generarle ingresos a River, un Gallardo que le doblega la decisión de la Comisión Directiva de que no jueguen quienes no renovaron contrato y un mercado de pases que da la sorpresa para cuando la pretemporada está concluída. El desorden, la regla.
Otro semestre regalado. River ya acumula 8 meses y 22 días sin jugar dos partidos seguidos a un nivel aceptable para el paladar millonario.
Gallardo lo entiende bien y lejos de esquivarle a la crítica ayer dijo que "hay que empezar de cero", una frase de la que debería tomar nota D'Onofrio, Francescoli y todos los que regalaron jugadores. Dentro de dos partidos, Barovero y Vangioni se sumarán a la lista de jugadores que se fueron libres sin dejarle un peso al club.
"De cero" quiere decir que hay que hacer borrón y cuenta nueva. Limpiar jugadores que no sirvieron. Traer jugadores para el estilo Gallardo, no solo para tapar agujeros que dejan los que se fueron y se irán. No hay margen de error. Solo ganar la Recopa y, sobre todo, la Copa Argentina.
Esa es la parábola. Gallardo recibió un equipo campeón, lo potenció, se lo desarmaron y, por ahora, está mirando la próxima Copa por TV. Sabe que es inadmisible. También sabe que no depende de él.
Después de dos años y medio, D'Onofrio ya no puede quejarse de una herencia que en materia de jugadores, con el diario del lunes, fue muy buena. Hoy su herencia es un River Campeón de la Libertadores afuera de la Libertadores 2018.
Tiene una sola chance, la Copa Argentina. Un solo mercado de pases, junio. D'Onofrio sabe que es hora de demostrar que está a la altura.
3 comentarios :
Estoy de acuerdo con la nota, pero se dice "agujeros"
Excelente nota. Esperemos que la dirigencia aprenda de los errores para no repetirlos
La responsabilidad es de todos, de la dirigencia, del cuerpo técnico y de los jugadores cada uno con cual tendrá su grado de responsabilidad. Con el diario del lunes es todo mas fácil, quien no hubiera traído al Pity y Bertolo?, dos muy buenos jugadores a priori, que lamentablemente no supieron rendir, asimismo, coincido en que se "vendieron" 4 jugadores de selección (FM6, Kranevitter, Sanchez, Teo) y el único refuerzo por llamarlo así es el Cabezón Dalessandro. La responsabilidad de la dirigencia en no vender y obtener ganancia de jugadores consagrados, la de Gallardo y ct de traer jugadores en su mayoría de poca monta y espalda y de los jugadores que no rindieron como lo venían haciendo o que bien la camiseta de River les queda enorme, a levantar la cabeza, a traer 4 refuerzos de lujo, complementarlos con la base histórica (Mercado, Maidana, Ponzio, Dalessandro, Piscu, Alario) y sumar 2 o 3 juveniles, ojala pronto volvamos a Japón de la mano del muñeco.
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