El fútbol, como cualquier otro deporte, es un juego de momentos. De estados de ánimo. Podés intentar hacer las cosas bien por diferentes caminos, pero cuando todos terminan en un frontón, una y otra vez, muestra a las claras que algo falla. Y la repetición de este acto hace más notoria aún ciertas falencias. La curva descendiente de River en su mejor expresión.
Y hablamos de que terminará la fecha siendo, de mínima, puntero. De máxima, acompañado por Lanús si le ganara a Independiente. ¿Cuántos azotes de acuerdo a ésto y a tres partidos de terminar el campeonato merece el conjunto de Gallardo? Ninguno. Lo corto del plantel y la pelea en todos los frentes de este semestre son síntomas de un gran trabajo hecho en conjunto. Pero en el detalle de los 90 minutos de Olimpo, de Estudiantes por el torneo y de Vélez, da cuenta de un River que se deshilacha. Que lo dicho anteriormente del equipo corto se transforma en un problema que no tiene solución. En consecuencia, ese virus del que está contagiado lo convierte en un equipo predecible, apurado e inocuo.
Funes Mori festeja su gol |
Fue un acierto volver tácticamente a la línea de cuatro. Sobre todo porque venía vía Bahía Blanca un colombiano como Cuero que con su técnica en velocidad ya significaba un peligro per se. Sin embargo, el peligro existió igual. El delantero, ubicándose por el sector izquierdo, no sólo que le tapó la salida a Mercado correctamente, sino que además lo tuvo a maltraer. De no haber estado tan en soledad en el primer tiempo, con un mayor aporte en ataque de sus compañeros podría Olimpo haber causado aún más daño. Con el ingreso en el complemento de Borja por un insulso Susvielles, esa soledad inicial de Cuero se quedó en el vestuario. Mucha claridad tanto para que el equipo intente jugar en campo de River como el peligro que llevaron al arco de Barovero los ubica en una especie de pedestal en un partido que en líneas generales fue feo. Y que dentro de esa fealdad y el gol conseguido por Funes Mori, sólo podía destrabarse ante un error. Y eso fue lo que sucedió. Funes Mori no salió bien pisado a intentar despejar la pelota que venía llovida, y Borja se encargó de capitalizar tal obsequio. Pudo él darle la victoria enseguida a Olimpo, pero ese centro que cruzó el área que pudo haber sido una pesadilla para el mundo millonario, no lo fue
River debe despojarse de las presiones. River debe, ante la falta de frescura evidente, ser más inteligente. No existen los equipos invencibles, existen los que juegan bien y los que no. Los de Gallardo ya dieron muestra de lo que saben hacer. Será cuestión de salir de la nebulosa, y seguir.
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