Feo. Muy feo. Correr en vez de jugar. Chocar en lugar de pensar. Verticalidad individual, cuando mejor era juntarse y asociarse. Todo ésto le cabe a los dos, ninguno estuvo pensó en lo que se jugaban en sí. Sólo pensaron en que la camiseta de enfrente es un enemigo, cuando el fútbol se trata que detrás de esos once que son contra hay un arco donde se debe meter la pelota. Y ninguno hizo méritos reales. Ciencia ficción en la Bombonera.
Poblado el mediocampo, Boca parecía que en el inicio con intensidad imponía condiciones en el partido, con Meli como líder. Pero en el caso de Boca, eso que es la punta del iceberg se quedaba ahí. Con un Gago impreciso, la pelota no seguía su curso de manera clara, sumado a que los tres mediocampistas de River se pusieron el overol de acuerdo a las circunstancias de fricción que proponía el encuentro.
Pero todo giraba cíclicamente. River estaba enojado con la pelota. Nunca se encargó, como es su costumbre, de transformarla en un patrimonio. Es cierto que el aire más fresco que tenía Boca para presionar lo más alto que pudiera provocaba el revoleo antes que asumir riesgos, a pesar de que Gallardo intentaba que sus jugadores cumplieran con esa premisa. Tal como sucedía en los dirigidos por Arruabarrena, la desconexión futbolística llegaba hasta el punto en el que Pisculichi, Teo y Gio Simeone deambularan por la cancha sin un destino ni una tarea clara, y en mucho de eso tuvo que ver la excelsa labor que hicieron los centrales de Boca, Forlin y el Cata Díaz, sumado a muchos buenos cierres de Marin.. Tan solo con repasar qué situación neta de gol tuvo que hacerlo exigir a Orion.
Y lo mismo a Barovero. Es cierto que el arquero está teniendo algunos indicios de desconfianza para jugar con los pies y para cortar centros. Pero la única vez que realmente vio peligrar su arco fue en el cabezazo del final de Gago que lo encontró bien ubicado. En eso sí que sigue estando infalible. Después Boca tuvo poco respaldo en ofensiva para los mil pivoteos de Calleri. Quizás para no quedar desnivelado en defensa, Boca desaprovechó esa opción. Y los externos, Fuenzalida y Chávez, no jugaron este partido gracias al aporte de Vangioni y Mercado respectivamente.
Esto no fue lo que vinimos a ver. Ambos, más allá de la emoción, suelen darnos otro tipo de espectáculo. Más aún estos equipos que priorizan ser incisivos en la búsqueda del arco contrario. Pero estos primeros 90 minutos de la definición de la semifinal de la copa consistió en jugar en contra de la camiseta simplemente, y el concepto del fútbol está mucho más allá de ese horizonte. Hete aquí su lamentable ausencia.
viernes, 21 de noviembre de 2014
Futbol Ausente (Boca Juniors 0 vs River Plate 0)
Ex Clarín Deportes
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