jueves, 4 de septiembre de 2014

Abundancia (Godoy Cruz 0 vs River Plate 1)

Sentarse, Acomodar el teclado, ingresar a la página en blanco. Pensar. Y en ese acto, mezclarse conceptos entre sí. Sensaciones de un periodista que no sabe por dónde empezar a escribir cuando hay tanto de qué hablar. Partiendo siempre de que con la victoria se ve todo con una mayor claridad y armonía.

Señoras y señores, es noticia: River no jugó bien en su retorno a la senda de los torneos internacionales, como en este caso la copa Sudamericana. Le costó ser protagonista neto durante los 90 minutos de juego, quizás con la merma que implica en el rendimiento físico haber jugado 72 horas atrás. Pero su nombre implica tener entereza, y sólo lo sostuvo en lo defensivo. Godoy Cruz, con sed de venganza después del 0-4 de la fecha 3 del torneo doméstico, tenía una buena clase con el video de ese partido de lo que no hay que hacer. Cambió el largo de todo el equipo por una presión en bloque desde mitad de cancha, tapando con Sergio López la siempre salida limpia de Kranevitter. Modificó estaticidad por dinamismo en el juego de la ofensiva, jugando precisamente al juego que hace River de dos toques y siempre buscando ser mayoría en determinados sectores de la cancha. Por último, ante la inclusión de Boyé por Teo, la defensa del Tomba buscó llevarlos al terreno del área para fajarse con ellos en vez de que pudieran salir de allí para armar juego con Pisculichi y compañía.

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Mora choca contra la defensa local
En tanto que River mostró otras falencias a algunas de las ya mencionadas. Un exceso de confianza o hasta incluso displicencia derivó en jugadas de riesgo para el conjunto de Carlos Mayor, como en el cierre del primer tiempo el cual los de Marcelo Gallardo podrían haberlo arrancado ganando con la jugada insólita de Pisculichi pero que se podría haber ido en desventaja si Daniel González, entrando solo por las espaldas de Mercado, no le hubiera pegado tan bombeada a la pelota. El sector derecho de la defensa fue la que más sufrió en River ya que se le suma la falta de timing de Pezzella en la cobertura de las espaldas. Sólo Kranevitter lograba correr y quitarles el balón, pero enseguida retornaba. De Rojas únicamente la postal de una rueda de auxilio que esta vez se pinchó antes de tiempo.

El segundo fue una cuestión de personalidad. River empujó a un opuesto Godoy Cruz al del inicio contra el arco de Moyano con más ímpetu que volumen de juego. El tucumano dejó de tener a López a su lado desde los 13 minutos del complemento y la distribución del crack comenzó a funcionar a como nos tiene acostumbrados. Las llegadas estuvieron a cargo de Sánchez, quien tuvo dos ocasiones para ser otra vez el verdugo de su ex club, pero el 3 de septiembre del 2014 no era la fecha para que él convirtiera.

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Pezzella marca el gol de River
Después fue todo chocar. El físico pasaba factura. El tiempo te hacía pensar que las cartas estaban echadas y que los dos entraban en el conformismo de no haberse podido sacar diferencias y que había que replantear la historia de cara a la revancha. Pero la última estocada fue de los de Nuñez. El recurso que brilló por su ausencia apareció cuando al partido le maduraba el knock-out. El centro-pase de Pisculichi para un Pezzella que entró decidido y con autoridad para darle el gol de la victoria a River. Ese gol de visitante que pone siempre en más que jaque al rival de turno.

Fútbol, palabra con un significado e infinitos conceptos y perspectivas. Que una mirada particular no dictamine sentencia. Es increíble ver como en cada partido el Millonario entrega cosas para hacer extensas las mesas de café. Eso es por ser abundante. Digamos gracias.


Por Matías Prado
Ex Clarín Deportes

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