lunes, 15 de febrero de 2016

Sentir la diferencia (Belgrano 3 vs River Plate 2)

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Andrés D'Alessandro y su primer partido en River Plate
Volver. Siempre hay una primera vez para esta experiencia, que puede ser amena o negativa. En plena vigencia o al borde del adiós. Con el factor en nuestro país de tener a todos a favor o todos en contra. Andrés D'Alessandro vivió en Córdoba una mezcla de todas esas sensaciones.

No se sintió cómodo en el primer tiempo, en el contexto de un rendimiento flojo del equipo por falta de conexión de los jugadores de buen pie, un planteo largo dejando muchos espacios y varios desacoples defensivos. Ni por derecha ni por izquierda lograba dejar huella con su desequilibrio sumado a la presión y rodeo defensivo por parte de Belgrano para no padecer las consecuencias de tamaña figura. Y para colmo de males, un mal despeje del enganche para que Etevenaux abriera el partido con un golazo.

En el segundo tiempo, las rispideces de nuestro fútbol fueron degastando a D'Alessandro. Pero a la vez, le abrieron un lugar para explotar mejor el partido. El retraso de Belgrano en la cancha más la reestructuración táctica del equipo lo llevó a establecerse por derecha en mitad de cancha. No tan adelante para no toparse con Mora o Bertolo quienes buscaban por ese lado también. Allí sí pudo, dosificando el aire, conducir al equipo en el rol de lanzador o de primer pase seguro. Aunque no pudo contribuir a que River pudiera revertir el resultado.

Su presencia eleva la vara sin duda. Pero el ser humano es un animal de costumbre. Y D'Alessandro no escapa a este dicho.


por Matías Prado
Ex Clarín Deportes

1 comentario :

futbollove dijo...

El fracaso es la madre del éxito. El fracaso en el juego es una cosa normal. Espero que algún día llevar camisetas de futbol, que se ejecuta en el terreno de juego.