domingo, 25 de octubre de 2015

La grieta en River Plate

El muro que divide la salida de los hinchas de la popular
Cuanto el Aguilarismo terminaba, una de las pesadas herencias que dejaba era la violencia en el club. Violencia que provocó suspensiones del Estadio Monumental y un tufillo a peligro latente en las tribunas. Algo que Passarella no pudo o no quiso solucionar y entregó a D'Onofrio un club dividido. Literalmente.

Los hinchas de River solíamos tener que esperar 40 minutos la salida de los hinchas visitantes -hasta su prohibición- y salir divididos. Se prohibía la salida de los hinchas de la popular por el club. La idea era evitar que "Los Borrachos del Tablón" lleguen al famoso Hall y manifiesten su descontento o sea el campo de batalla contra la barra disidente.

Alertado de las incomodidades, D'Onofrio durante su campaña afirmó que rediagramarían la desconcentración mediante un nuevo plan de evacuación. El pilar número 7 hablaba de la vuelta de la familia al estadio, algo que terminó sucediendo no tanto por el cumplimiento de este pilar -que jamás se implementó- sino por la ausencia de los visitantes.

Hay que ser honestos, ir a la cancha de River hoy, para los socios que pagaron el abono (antiestatutario), no es motivo de inconvenientes. Además, ya sin visitantes, la salida es inmediata. Pero, para una porción de los hinchas, volver a su hogar es tortuoso.

Los socios que ven los partidos desde la popular ven como su derecho a circular libremente por el club cercenado, insólitamente, por una dirigencia que continúa una política que combate algo inexistente: el enfrentamiento interno de la barrabrava.


Hoy ésta última está domesticada por la dirigencia aunque tampoco sin sobresaltos. Recordemos que en medio de una breve interna al inicio de la gestión, destruyeron la confitería con niños adentro. River era un hervidero hasta que D'Onofrio acordó e hizo "oficial" a la barra actual, otorgándole beneficios a cambio de la 'Pax Monumental'. Pero de esto ya pasó mucho tiempo y de ahí para acá lo único que se escucha en el club es quejas contra el dinero que cuesta "abrir el estadio" y pasividad de cara a la política del estado de imponer estas medidas. Todo queda en meras declaraciones del estilo "sin una decisión política, no podemos hacer absolutamente nada".

Pero volvamos a los socios que van a la popular. Porque son éstos los que al final del partido, sienten en carne propia cómo la dirigencia se encargó de colocar efectivos de seguridad privada para no dejarlos volver a entrar a las tribunas y salir por Figueroa Alcorta (algo que no sucedía hasta esta gestión).

Parece que para D'Onofrio hay dos tipos de socios, los que pagan el abono y socios de segunda que van a la popular. A esos hay que tratarlos como violentos.

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