martes, 18 de agosto de 2015

Un experimento fallido (River Plate 0 vs San Martìn de San Juan 1)

Barovero y Ponzio con la Libertadores y la Suruga
16 de marzo del 2015. Fecha 5 de este torneo extra large. River, en un comienzo de año que resultaba un tanto tumultuoso, visitaba el Viaducto para jugar contra Arsenal, partido que terminaría empatado 3 a 3 luego de ir durante los 90 minutos en desventaja. En ese primer tiempo se vio marcadamente a Ponzio posicionado entre los centrales como líbero, aquella vez Pezzella y Funes Mori, y una falla sistemática de cortar el nexo para la transición defensa-ataque, quedando un equipo largo con Sánchez y Mayada lanzados hacia adelante y dejando en el debe el retroceso.

17 de agosto del 2015. 154 días después. Fecha 20. Otra vez se repite la fórmula. Cambió uno de los laderos, Maidana por Pezzella que ya no está en el club. Cambió el sentido de la idea, porque no existía el problema del lanzamiento al ataque de Sánchez titular, porque había un escollo previo supremo llamado Kranevitter; y además, se precisaba de soltar a los laterales para sumar volumen en el mediocampo para pensar en la ofensiva ante la falta de una referencia precisa. Saviola hoy no cumple para nada con esos requerimientos futbolísticos. Pero las fallas retornaron, en distinta versión.

Ponzio se destacó entre tantos partidos por su presión en la serie ante Boca hacia adelante, para recuperar rápido el balón secundado por Kranevitter, para después ser puesto al servicio de los delanteros desequilibrantes de turno. Con su retroceso, River careció de claridad y orden para el armado del juego ofensivo. La apuesta durante todo el encuentro fue apostar al desequilibrio del Pity Martínez quien tuvo quizás su mejor versión desde su llegada a la entidad de Nuñez. Aún en ese vértigo, River tenía ahí sus mejores cartas pero sin esa visión de un organizador.

A ésto se le suma que Ponzio no brindó esa salida clara que su estilo de juego genera. Pero en gran medida por los méritos ajenos. Pumpido y Figueroa sumado a Navarro tapaban receptores y asfixiaban ese intento haciendo que todo camine al límite del precipicio. La disponibilidad física ante tanto viaje de River fue un factor que le sumó a favor a los dirigidos por Carlos Mayor.

Finalmente, la mañas que expone Ponzio para su puesto habitual que hicieron cambiarle la cara a su estado en el plantel están en la misma proporción de las que carece como defensor. Nunca haber impuesto la presencia al borde del área grande para que Figueroa no pudiera prosperar en su avance facilitó que en un rebote encontrara a Pumpido en favor de la jugada para marcar el único gol del partido. No fue el único responsable de dicha situación, pero sí quizás lo más visible.

Los libretos eran cosa repetida. River, con un hombre más, intentando penetrar una defensa en la cual Mattia y Ledesma fueron baluartes. Y San Martín jugándose a que una contra le diera un mayor alivio. Los de San Juan se llevaron un premio importante por haber sabido leer el encuentro y exponer a su rival en el desorden.

Está más que claro, los rasgos humanos están presentes en este cuerpo técnico. Se puede fallar una idea alguna vez




Por Matías Prado
Ex Clarìn Deportes

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