Todos en sus casas mirando el partido por el televisor. O todos los que van a la cancha cuando River juega de visitante. Todos mancomunados para que el destino les haga un guiño. No se tolera tanto éxito de un mismo equipo, por eso se ilusionan con la derrota del imbatible.
Pero River les da motivos futbolísticos y anímicos a toda esa gente que lo quiere ver caer. Como se dice en éstos tiempos, o a River lo matás bien muerto o preparate para su resurrección dentro del partido. Y Vélez fue un exponente más de los que no supieron cómo, sobre todo eso, cómo.
La intensidad en el conjunto del Turu Flores era demasiado para un River que no hacía pie, parando muy atrás a Rodríguez y no pudiendo desplegar sus líneas rápidamente con Sánchez y Rojas para darle volumen al ataque. Tampoco era clara la supremacía de Vélez, pero sí la frescura como para llegar con más fluidez al arco de Barovero. Así fue como un centro de Pérez Acuña terminó con un gran cabezazo para el 1-0 de Caraglio.
Mercado grita el gol (ph: Olé) |
De esta manera River llegó al empate. Vélez descuidó la segunda pelota, Mercado la ubicó ahí donde Sosa no la iba a poder tapar ni en ésta ni en otra vida para decretar el 1 a 1. A partir de ahí nada más trascendente iba a suceder en el Amalfitani. Una vez más, las ilusiones de millones tiradas a la basura.
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