jueves, 3 de abril de 2014

River Plate 1 vs 0 Newell's: Construcciones

Un plan perfecto. Eso fue River en su victoria ante Newell's. Pudo haber tambaleado en algún momento de los 90 minutos, pero cuando el conjunto flaqueaba, surgía la individualidad para volver a encausar el trámite. Así se logró una victoria ante un rival que es hoy en día uno de los grandes exponentes del fútbol lindo a la vista, y que River supo llevarlo al terreno de lo errático.

Primero en principal, el corte a un equipo que se prepara día tras día para la tenencia de la pelota se basa en dos puntos: pasadores y receptores. Por eso los cimientos de ésto empezó en el primer tiempo con la presión de los delanteros sobre la salida de Guzmán y con el achique de la línea de volantes en el terreno para lograr esa asfixia sobre los receptores. Con Ledesma (¡Qué crack que es!) liderando la tropa llegando hasta tres cuartos de cancha para morder donde y a quien fuera y enseguida buscando sorprender con un pase habilitando a un compañero en situación de ataque o sólo robarles la pelota para que no la tengan.

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Porque Newell's sabe mucho con ella, y sin ella se desespera. Allí ya el equipo de Berti era llevado al terreno de las imprecisiones e indecisiones, al cual no está acostumbrado. La muestra exacta es el gol de River, un golpe temprano para derribar un castillo que hasta ese momento en los de Rosario estaba construido sólo a base de naipes. Lateralizando con Bernardi en mitad de cancha, Carbonero presionó y presionó hasta dejarlo por el piso al capitán del conjunto visitante y así arrancar la jugada que terminó Carbonero de la manera en que la empezó: luchando y luchando.

La seguidilla pasó su factura. El complemento se notó que las piernas pesaban. Cancha pesada el domingo ante Boca por la lluvia, cancha pesada la de hoy también sumado al gran despliegue realizado en la primera parte más la necesidad de Newell's por ir a buscar el empate. Y cuando un ex, Trezeguet, pudo tirar todo al demonio, surgió la individualidad y la humanidad sobre todo de Barovero para poner literalmente su cara en pos de mantener el resultado. Con un par de contras pudo haberse terminado la historia mucho antes, pero Cavenaghi primero y Teo después no están teniendo el número de teléfono del gol. Retroalimentación individualidad-conjunto. Base de toda construcción.


por Matías Prado
Ex Clarín Deportes

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