Una historia cuenta así: cada vez que llega el receso los dirigentes venden rápido o lento porque les faltan fondos para comprar o para cerrar un balance positivo. En ese contexto el dt (o flamante dt) lógicamente pide refuerzos. Los refuerzos no llegan hasta último momento. Cuando finalmente llegan se hace mucho ruido por los medios para mostrar el "golpe de mercado" que hace River. Luego de este paréntesis mediático, los medios reflejan la realidad. Los refuerzos están fuera de estado, no hicieron pretemporada y van a tardar al menos 4 meses antes de "estar a punto".
Hoy leemos que Gorosito comenzará la pretemporada con menos jugadores que los que terminó (con la excepción de Ortega que ya era del club antes que termine el semestre) y con cero incorporaciones. La historia de la administración Aguilar se vuelve a repetir.
Como dijo Einstein, que algo sabía: "Si bucas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo".
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