Hoy nos tocaba con los rojos, en un momento muy especial. River estaba a un día de su cumpleaños 108 en una situación comprometida pero con algo de aire en los medios que se estaban ocupando del fracaso en la ribera. En Nuñez lo sabían y entendieron la oportunidad.
A los jugadores parece que el calor les hizo recordar las primeras fechas del campeonato y en el césped no sólo hubo destellos de fútbol sino una sólida presencia de los juveniles Orban y, el mejor de la cancha, Mauro Díaz. Acompañaron Vega, Barrado y Buonanotte que empezó a jugar de lo que quieren los hinchas, o sea, creando juego.
Los hinchas acompañaron, vibraron y disfrutaron cantando el "Oleeeee... Oleeeee..." al final del partido cuando ya Independiente no tenía ideas.
Ahora habrá que empezar a jugar más seguido así para clasificar a la Libertadores. Estamos sextos, no podemos quedar afuera. Sería el peor legado aguilarista.
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