Durante la semana mucho se discutió sobre si River debía ganar o perder el partido de hoy contra, quizás, el más firme seguidor de boca. Y digo mucho porque vimos encuestas de diversos medios como Olé (donde se afirmaba que al hincha de River le dolería más quedar último que un campeonato de ellos) o La Página Millonaria (donde los hinchas expresaron su amplio deseo de que hoy no se ganase) y ríos de tinta sobre el tema.
Con el resultado puesto es mucho más fácil dirán, ¿no? Pues no es así, ya que quienes hacemos Política en River estuvimos varias horas discutiendo si lo que hizo River estuvo bien. Creemos que los jugadores salieron a ganar. O perder. Entraron demostrándonos que se acuerdan de cómo se sale campeón. Y eso es bueno. Pero luego tuvieron el ya clásico bajón del semestre donde cualquier equipucho da vuelta el resultado.
El dilema llegó al final. River atacaba, pero todos nos preguntábamos ¿para qué? Empatar iba a dejar descontentos a todos. Absolutamente a todos. Así una tarde para el olvido se transformó en una tarde para el sufrimiento. Los que querían que River gane hacían fuerza y los que querían que River pierda sufrían sin enterder lo que pasaba. Cuando se extinguía el partido una estocada de Cristian Bardaro dió punto final al dilema.
River volvió a perder. Sigue último. Le restan dos chances para no quedar así, como pidió Aguilar cuando presentó a Gabriel Rodriguez entre una especie de orden y una mezcla de súplica. Sabe que el hincha no le perdona la peor campaña de la historia. Pero quedar último lo estigmatizaría para siempre.
El hincha no merece esto. Es el único que puede lograr ver a su equipo último en el campeonato y agotar todas las entradas de visitante que tuvo en el semestre. Todas.
El domingo jugamos en Velez (los millones hacen que Madonna sea más importante que el hincha). Quizás ahí, donde supimos dar unas cuantas vueltas, podamos recuperar la memoria y dejar de tener estos dilemas que dividen al pueblo riverplatense.
No hay comentarios. :
Publicar un comentario